Hace pocos días nos enterábamos que WhatsApp cifraría todos sus mensajes con el método end to end, con lo que por fin encontraríamos esa seguridad que le faltaba a la aplicación de Facebook, pero parece que la cosa no es así del todo y la información no estaría protegida del todo.
Se sigue cumpliendo lo que nadie podría acceder a nuestro mensaje debido al tipo de cifrado, así que solo el remitente podrá conocer esa información. Sin embargo las autoridades pertinentes sí podrían tener accesibilidad a parte de la información.
Si leemos por ejemplo los términos y condiciones del servicio, cosa que no creo que hagan ni si quiera el 1% de los usuarios de la aplicación, hay muchos puntos donde el cifrado no es utilizado. Por ejemplo la hora y la fecha exacta de la recepción de los mensajes o por ejemplo a qué números de teléfono los hemos enviado.
Digamos que sería difícil acceder al contenido pero el juez sabría perfectamente que dos personas habrían tenido contacto. Digamos así en plan de ejemplo que nuestro o nuestra amante podría salir a la luz muy fácilmente sin necesidad de leer nuestra conversación, que además simplemente con el resto de datos se podría sacar la conclusión del tema o conversación que se mantendría.
Por último está la que más quebraderos de cabeza provoca en la privacidad de los usuarios. Y es aquella norma de la aplicación de mensajería que nos dice, que WhatsApp podría recabar toda información de la que esté obligada por ley. Entre toda esta información estaría, nuestro avatar, todos los contactos, la fecha de instalación o cualquier otra información de carácter sensible para nosotros. Aunque sí es cierto que dependería en mayor medida del gobierno donde nos encontremos.
WhatsApp sigue mejorando en seguridad pero seguimos encontrando “muchos peros” por el camino que esperemos que se acaben solucionando ya que son unos pequeños agujeros que podrían ser bastante relevantes para nuestra vida privada.