Una de las cosas más teóricas que se pudieron ver en la feria MWC 2016 de Barcelona fue el 5G. Estamos hablando del estándar que sustituirá a las conexiones 4G / LTE. O lo que es lo mismo, el próximo salto evolutivo en conectividad móvil. Mucha gente señala que hablar del 5G a estas alturas es cosa de vendehumos, pero en realidad no es así. Grades compañías están trabajando en ello seriamente. Lo que ocurre es que si se habla de ello como algo más bien teórico es porque el estándar comenzó a desarrollarse en el último mes de 2015, lo que significa que está relativamente en pañales.
Desarrollar un estándar puede ser un proceso de años, y en el caso del 5G no iba a ser un caso distinto. De hecho se cuenta con que el 5G se comercializará en torno a 2020. Aunque aún queda para que llegue ese momento, el tiempo pasa rápido. Por supuesto habrá una mejora en la velocidad con el 5G al igual que vimos con el paso del 3G al 4G. En esta ocasión nos hablan de velocidades teóricas de entre 7,5 y 10 GB por segundo. Es una cifra muchísimo más alta que la del actual LTE. Pero eso no es todo.
Con el 5G no han querido obsesionarse solo con la velocidad. También están trabajando duramente por conseguir una latencia muy baja. Dicho de otra manera, buscan que los tiempos de respuesta sean casi nulos desde que solicitamos una acción. Por ejemplo, que desde que demos al play en un vídeo o una canción de Internet, no haya espera. Finalmente damos zanjado este post diciendo que otra de las claves del 5G en las que están trabajando es la conectividad entre vehículos. Esto tendrá aplicaciones tan interesantes y útiles como poder visualizar qué es lo que ve un coche que vaya por delante nuestro para estar prevenidos de posibles obstáculos.
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